Desde que se dictó la retirada progresiva de los antibióticos promotores del crecimiento como aditivos se planteó la necesidad de buscar nuevas opciones para garantizar una producción óptima de los animales y para combatir el problema de salud pública que suponen las resistencias a los antibióticos a nivel mundial.
Entre las alternativas que cobran mayor popularidad en la actualidad destacan las fórmulas capaces de modular la microbiota del tracto gastrointestinal, como los prebióticos, los probióticos o los piensos fermentados (posbióticos). Hace unas semanas publicamos un artículo técnico en el que se detallan los beneficios de la utilización de estos productos en nutrición animal.
Los análisis de mercado llevados a cabo por expertos de la compañía Frost&Sullivan prevén un aumento en las ventas de este tipo de productos destinados a mejorar la producción animal, tanto de los piensos con probióticos, que crecen un 6,5 % anual, como de los de los ingredientes derivados de la fermentación de diversas bacterias (posbióticos).
En 2017, la venta de piensos suplementados con aditivos probióticos superó los 1300 millones de euros y se espera que siga aumentando en los próximos años, al menos, hasta 2022.